El pasado 1° de mayo de 2025, Colombia vivió una jornada que ya puede considerarse histórica. No solo por la masiva movilización popular que recorrió las principales ciudades del país, sino porque, por primera vez, un presidente en ejercicio —Gustavo Petro— marchó al lado de su pueblo en el Día Internacional del Trabajo, liderando una movilización pacífica que dejó en claro un mensaje: el pueblo colombiano está listo para decidir su futuro.
En Bogotá, cerca de 55.000 personas se congregaron en la Plaza de Bolívar en una cita que combinó conmemoración, exigencia y esperanza. El presidente Petro, acompañado de la espada de Bolívar como símbolo de soberanía y justicia social, ofreció un discurso vibrante en el que defendió las reformas sociales que hoy el Congreso se niega a debatir: la reforma laboral, pensional y a la salud.
“No estamos haciendo cualquier marcha, estamos realizando la mayor movilización del pueblo colombiano en su vida independiente”, dijo Petro, al tiempo que anunció la radicación formal de una consulta popular ante el Senado. La intención es clara: si el Congreso bloquea las reformas, que sea el pueblo quien decida en las urnas.
Una movilización nacional por el cambio
Lo vivido en Bogotá se replicó en Cali, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga, Pasto, Cartagena, Ibagué y muchas otras ciudades. Miles de personas salieron a las calles no solo para exigir mejores condiciones laborales, sino también para respaldar el proyecto del cambio. “Sí a las reformas”, “sí a la consulta popular” y “Petro, amigo, el pueblo está contigo” fueron los gritos más escuchados durante la jornada.
En Cali, incluso bajo la lluvia, la vicepresidenta Francia Márquez acompañó la marcha. En Medellín, a pesar de un fuerte aguacero, la movilización culminó en el Parque de los Deseos con actos culturales y políticos. En todo el país, el tono fue el mismo: pacífico, multitudinario y decidido.
Un discurso que sacudió la institucionalidad
Desde la tarima principal en la Plaza de Bolívar, Petro fue directo con el Congreso: “¿Hay democracia en Colombia o cambiamos las instituciones?... El pueblo es soberano”, reclamó. También se dio tiempo para lanzar una broma que, como anticipó, acaparó titulares: “Si el Senado no le hace caso al pueblo, me voy a amarrar al sillón con una soga a ver qué pasa”.
#1MayoXRTVC I "Nuevamente entre todos volvamos a revivir ese sueño del libertador Simón Bolívar, de la patria grande, de la Gran Colombia", @HOLLMANMORRIS, gerente de RTVC.
— Radio Nacional CO (@RadNalCo) May 1, 2025
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Pero más allá de los titulares, lo que quedó claro fue el llamado a la democracia directa: una consulta popular con 12 preguntas sobre derechos laborales, un mecanismo legítimo y constitucional que busca destrabar las reformas desde la participación ciudadana.
Una jornada de esperanza frente a un Congreso sordo
La marcha del 1° de mayo no fue un capricho. Fue una respuesta democrática y cívica ante un Congreso que se ha convertido en muro de contención del cambio. Las reformas de Petro —apoyadas por millones— han sido saboteadas por partidos tradicionales, intereses económicos y élites acostumbradas al statu quo.
Ese día, el pueblo habló con los pies, con sus pancartas y con su presencia. Exigió el regreso del recargo nocturno desde las 6 p.m., el pago doble de dominicales, la eliminación de los contratos basura y pensiones dignas. Y lo hizo con alegría, sin violencia, sin desmanes. Solo con fuerza popular.
Reacciones, polarización y legitimidad popular
Como era de esperarse, la derecha respondió con críticas vacías. Dirigentes como María Fernanda Cabal y Andrés Forero acusaron a Petro de “politizar la marcha”, como si hablar de derechos laborales no fuera ya un acto profundamente político. Pero del otro lado, voces como las de Fabio Arias (CUT) y Susana Muhamad recordaron que nunca antes un presidente se había puesto al frente de la clase trabajadora en su día.
La marcha fue política, sí. Pero no partidista. Fue un acto de soberanía popular, de dignidad y de afirmación de que el verdadero poder reside en el pueblo.
Lo que los medios callan, este hombre lo dice sin miedo
— Elizabeth Ortíz (@ElizbethCristi7) May 1, 2025
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¿Qué sigue?
Petro no pidió reelección. No habló de perpetuarse. Habló de continuidad del proyecto progresista, del legado que debe defenderse en las urnas. La consulta popular —si el Congreso no la bloquea— será ese mecanismo. Y el 1° de mayo fue la demostración de que existe un respaldo social real, sólido, dispuesto a defender los avances logrados y a exigir los que faltan.
Mientras la oposición grita “Fuera Petro” desde Twitter, el pueblo grita “Petro, el pueblo está contigo” en las calles. Esa es la diferencia entre ruido digital y presencia real.
Conclusión
El Día del Trabajo de 2025 no fue solo una fecha más en el calendario sindical. Fue una jornada en la que el pueblo colombiano, acompañado de su presidente, marchó por dignidad, justicia y democracia. Queda ahora en manos del Congreso decidir si escucha ese clamor, o si continúa sordo. Pero una cosa es segura: el pueblo ya despertó, y está dispuesto a tomar la palabra.
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