Su familia, desconfiando de las versiones oficiales de accidente o suicidio, exige que se investigue el hecho como un posible feminicidio, pues según fuentes iniciales, Laura había organizado una cena íntima para celebrar el grado universitario de su pareja sentimental, con varios amigos presentes en su apartamento.
La mañana siguiente al festejo, tuvo lugar la caída fatal minutos después de una discusión con su novio en la habitación privada. Una vez que él salió del cuarto, notificó a los presentes que Laura se había lanzado desde el balcón del piso 9. Fue trasladada en ambulancia a un centro médico, donde fue declarada muerta poco después.
La madre de la joven, Cecilia Osorio, ha señalado que el novio de Laura sufría de celopatía y que ambos fueron sometidos a terapia de pareja. Además, cuestiona con firmeza la versión del novio y afirma que su hija no se lanzó voluntariamente.
Familiares cercanos y miembros del entorno de la víctima denuncian que el hombre pudo haber sido autor de violencia física durante el altercado, y apuntan a inconsistencias como el hecho de que Laura dejó su última publicación en redes horas antes, donde escribió “Cuánto te extraño”, lo cual ahora adquiere un tono sombrío y profético.
La Fiscalía revisa cámaras de seguridad, recolecta testimonios, analiza la relación sentimental y evalúa las posibles características de violencia de género en el caso. Mientras las autoridades avanzan con la recolección de pruebas, su familia insiste en que este no fue un accidente, sino un hecho que merece ser investigado con perspectiva de género y justicia.
El caso sigue bajo escrutinio público y judicial. La exigencia es clara: que se esclarezca si su muerte fue un accidente, un suicidio o un acto violento inducido. La voz de Laura Camila no se silencia, y su familia no descansará hasta obtener respuestas que hagan justicia.
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