El 1 de mayo de 2025, mientras el país marchaba en conmemoración del Día Internacional del Trabajo, un trágico hecho tiñó de luto la jornada: fue asesinado Luis Alberto Peña, líder social, campesino y militante de la Colombia Humana, en el municipio de Miranda, Cauca.
Peña, de avanzada edad, era conocido en la región por su labor comunitaria y su activa participación política. El día de su asesinato se encontraba recorriendo las calles en motocicleta, invitando a la comunidad a sumarse a las movilizaciones convocadas por el Gobierno en respaldo a la consulta popular y las reformas sociales impulsadas por el presidente Gustavo Petro. Según las autoridades, sujetos armados lo interceptaron en el barrio San Antonio y le dispararon en la cabeza.
El crimen ocurrió en la mañana del mismo día en que miles de personas salieron a marchar en todo el país. En la Plaza de Bolívar de Bogotá, el presidente Petro hizo una pausa durante su discurso para pedir un minuto de silencio en honor a Luis Alberto Peña, a quien calificó como “el primer muerto gracias a las decisiones de ese Congreso”.
El mandatario responsabilizó directamente a sectores del Congreso que han bloqueado la reforma laboral, señalando al senador Miguel Ángel Pinto por haber impedido el avance del proyecto y mencionando también a la senadora Nadia Blel: “aunque no lo ordenó, la sangre de Alberto hoy la ensucia a usted”, afirmó Petro.
Desde redes sociales, el Departamento Nacional de Planeación también lamentó el asesinato y destacó la valentía de Peña al movilizar a su comunidad por la paz y la justicia social.
El caso de Luis Alberto Peña revive la preocupación por la seguridad de los líderes sociales en Colombia, especialmente en regiones con presencia de grupos armados y economías ilegales. Su muerte es una herida profunda para su comunidad y un llamado urgente a proteger la vida de quienes luchan por transformar el país desde los territorios.
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