En un país donde las brechas de acceso a la salud son tan profundas como sus selvas y tan extensas como sus litorales, el Gobierno del presidente Gustavo Petro y el Ministerio de Salud, liderado por el doctor Guillermo Alfonso Jaramillo, han decidido dar un golpe de timón a la historia de la atención médica en Colombia. La construcción de tres buques hospitales se convierte en uno de los proyectos más ambiciosos en la lucha contra la desigualdad sanitaria en regiones históricamente marginadas como el Amazonas y el litoral Pacífico.
Un proyecto para sanar territorios abandonados
El anuncio hecho por el ministro de Salud pone sobre la mesa una apuesta concreta por transformar el modelo de salud que por décadas ha girado en torno a las lógicas de mercado y no a la garantía del derecho fundamental a la salud. En este sentido, los buques hospitales son más que infraestructura flotante: son una muestra viva del cambio de paradigma que promueve el actual gobierno.
“Son tres buques que tenemos proyectados. En el caso del buque hospital del Pacífico ya va en un 65 % de avance”, explicó Jaramillo, quien además anunció que el próximo 24 de julio esta embarcación será lanzada al agua, y se espera que en diciembre de este año o a más tardar en enero de 2026 comience a prestar atención médica especializada en las costas del Pacífico colombiano.
Estos buques estarán dotados para ofrecer servicios en pediatría, medicina interna, ginecología, cirugía menor, odontología y salud pública, entre otros, beneficiando a miles de personas que hoy deben viajar durante días para ser atendidas por un médico especialista.
Inicios complejos y obstáculos burocráticos
Aunque el ministro Jaramillo se ha encargado de reimpulsar esta iniciativa con decisión política y gestión técnica, el proyecto nació en abril de 2023, antes de su llegada al Ministerio. En julio del mismo año, se inició el proceso del convenio interadministrativo con la Armada Nacional, pero el avance se vio obstaculizado por la falta de celeridad en la firma del contrato y una cadena de demoras administrativas que generaron un incremento considerable en los costos del proyecto.
“El tiempo perdido significó un detrimento para el Estado, porque los precios ya han aumentado. Incluso cuando la Armada y el Ministerio hemos venido solicitando la firma del contrato, no se nos ha dado respuesta oportuna”, denunció el ministro.
Este retraso no solo ha encarecido la ejecución del proyecto, sino que también ha representado una oportunidad perdida para mitigar los efectos de la crisis sanitaria en zonas donde la precariedad es la regla y no la excepción.
Tecnología, cobertura y dignidad
A diferencia de muchos centros hospitalarios improvisados en regiones aisladas, los buques hospitales estarán diseñados con tecnología de punta. Contarán con consultorios móviles, laboratorios, quirófanos, sistemas de almacenamiento de medicamentos y espacios adaptados para campañas de prevención y promoción de la salud.
La capacidad de estos buques para navegar durante semanas sin necesidad de regresar a puerto permitirá mantener brigadas médicas en zonas donde ni siquiera existen vías de acceso terrestre, como algunas comunidades indígenas del Amazonas, poblaciones afrodescendientes del litoral o zonas rurales del Bajo Baudó.
Con esta estrategia se busca reducir la mortalidad materna, mejorar la atención a la infancia, prevenir enfermedades tropicales desatendidas y fortalecer la vacunación en lugares con baja cobertura.
¿Por qué no se había hecho antes?
La pregunta que muchos se hacen es: ¿por qué una solución tan lógica y necesaria no se había puesto en marcha antes? La respuesta, según diversos expertos, radica en el modelo de salud vigente hasta ahora, altamente centralizado, privatizado y enfocado en la rentabilidad financiera más que en el impacto social.
Además, durante años, las zonas periféricas han sido tratadas como “zonas de sacrificio” donde la inversión pública llega a cuentagotas. Con este proyecto, el Gobierno Nacional rompe con la lógica de exclusión territorial y demuestra que la salud no puede seguir siendo un privilegio urbano.
Un símbolo del nuevo modelo de salud
Este proyecto se inscribe dentro de una visión más amplia que busca reformar el sistema de salud colombiano, eliminando la intermediación financiera de las EPS y devolviendo al Estado la rectoría sobre la atención médica. Es también una respuesta práctica y concreta frente a las críticas que señalan que el gobierno solo habla de reforma pero no hace.
“No vinimos a improvisar. Vinimos a transformar”, ha dicho en reiteradas ocasiones el presidente Gustavo Petro. Y este proyecto lo confirma. Mientras algunos sectores bloquean la reforma en el Congreso, en los astilleros del país se construyen soluciones que salvarán vidas.
Conclusión: salud que flota, Estado que llega
Los buques hospitales son una metáfora y una acción concreta. Son la prueba de que el Estado puede llegar a donde nunca antes había estado, que la salud puede navegar por los ríos y mares para encontrar al paciente allí donde vive, que el acceso a un médico no debe depender del código postal ni del saldo en la cuenta bancaria.
El lanzamiento de estos buques no es solo el inicio de una nueva ruta sanitaria. Es también el comienzo de una nueva relación entre el Estado y sus territorios. Una relación donde el cuidado, la dignidad y la vida están por encima del negocio.
Porque en Colombia, la salud empieza a navegar con rumbo firme.
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