María Alejandra Esquín, conocida en redes como Baby Demoni, era una joven influencer, creadora de contenido, tatuadora y figura activa en TikTok e Instagram. En sus plataformas compartía videos de baile, maquillaje, sketch de humor oscuro y reflexiones personales, lo que le permitió construir una audiencia cercana a jóvenes con afinidades artísticas y estéticas (“alternativas”).
Tenía 24 años al momento de su muerte y era madre de una niña de seis años, a quien mencionaba con frecuencia en sus transmisiones en vivo y publicaciones. En varios de sus videos, “Baby Demoni” hablaba de su hija como su mayor motivación para salir adelante, asegurando que todo su esfuerzo en redes y su trabajo como tatuadora buscaban darle un mejor futuro. Esa faceta maternal la mostraba como una mujer fuerte y protectora, contrastando con la imagen provocadora que solía proyectar en su estética y contenidos.
La noche antes del fatal desenlace, “Baby Demoni” sostuvo una llamada con un amigo cercano identificado como Robin Alexis Parra Gamboa (“La fresa más nea”), durante la cual expresó angustia. Le decía que no sabía qué hacer, mientras se encontraba discutiendo con su pareja conocida como Samor One. Poco después, una vecina contactó al amigo para reportar que se escucharon gritos y presencia de sangre en el apartamento donde vivía Esquín.
Fue hallada en estado crítico en su domicilio de Bogotá y trasladada a un centro médico, donde falleció el 15 de octubre. Las circunstancias de su muerte siguen bajo investigación. Algunos medios reportan que fue encontrada “suspendida” y hablan de señales que podrían indicar asfixia, lo cual generó las hipótesis de suicidio o incluso homicidio, aunque ninguna versión ha sido confirmada oficialmente.
Amigos cercanos cuestionan la posibilidad de un suicidio, pues aseguran que días antes Esquín se mostraba optimista tras haberse sometido a una reciente cirugía estética (liposucción y aumento de senos). Yina Calderón, amiga de la influencer, solicitó que el caso no quede sin esclarecer, pues considera “muy extraño” el relato oficial frente al contexto emocional que tenía su amiga.
Por su parte, Samor One narró que él fue quien auxilió a Esquín y la trasladó al hospital tras la discusión. Afirmó tener pruebas que respaldan su versión, pero descartó difundirlas para no perjudicar posibles procesos legales. También denunció amenazas en su contra por las versiones que circulan.
Las autoridades encargadas del caso (Fiscalía, Policía Metropolitana de Bogotá y Medicina Legal) están en fase de recolección de pruebas forenses, testimonios, audios y cámaras del entorno, mientras piden cautela frente a especulaciones que pueden entorpecer la investigación.
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