Los testimonios que acaban de entrar al expediente judicial estremecen: en video, señor Elder Ruiz afirma que fue sometido a torturas físicas en la finca de Greeicy Rendón tras ser acusado de hurto. Relata que uno de los hombres “estaba encima de mí como ahorcándome… me metían la manguera” para obligarlo a revelar el paradero de una caja fuerte, mientras escuchaba gritos y sentía golpes constantes.
Por su parte, Francisco Lenis, otronde los trabajadores de la finca, manifestó en su declaración que también lo golpearon con la cacha de un arma de fuego, le abrieron heridas, lo tumbaban al suelo y lo amenazaron con consecuencias si no confesaba el supuesto robo del que estaba siendo señalado.
Un agente policial que respondió al llamado relató que al ingresar al lugar los halló en habitaciones separadas, con sangre en la ropa y signos evidentes de violencia. Uno de ellos apenas reaccionaba; tenía una lesión en la cabeza visible. Tras estos testimonios, la Fiscalía mantuvo la línea de investigar si se cometió justicia por mano propia cuando los trabajadores eran tratados como sospechosos sin debido proceso.
Entre tanto, Greeicy Rendón rompió su silencio. En su cuenta de Instagram escribió que “es imposible que no duela el alma cuando te tocan lo que más amas”, haciendo alusión al proceso que enfrenta su padre, Luis Alberto Rendón Melo. Añadió que los valores que la formaron —honestidad, respeto, justicia— vienen de la familia que la rodeó desde su día cero.
Aunque Rendón Melo no aceptó los cargos y hoy cumple detención domiciliaria por razones de salud y edad, el caso continúa avanzando. Las contradicciones entre versiones, los testimonios de las víctimas y la postura pública de Greeicy intensifican la presión mediática y judicial para que se esclarezca hasta dónde hubo abuso de poder y violaciones a los derechos humanos.
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