En Buenos Aires (Argentina), un robo terminó en venganza digital: delincuente que lo robó se le cayó el celular, y la víctima lo usó para exponerlo públicamente en todas las redes sociales. Lo que parecía un robo más en el transporte público de terminó en una historia digna de estos tiempos donde la justicia a veces corre más rápido en redes sociales que en los juzgados.
Gabriel Ávalos, un joven trabajador, fue víctima de un robo mientras iba en el colectivo. Un delincuente se subió, le quitó el celular a la fuerza y salió corriendo. Sin embargo, el joven logró reaccionar, perseguir al ladrón y enfrentarlo. En medio del forcejeo, el delincuente terminó escapando, pero cometió un error que no solo lo dejó expuesto, sino que lo convirtió en el blanco de una venganza muy particular: dejó su propio celular en el lugar del robo.
Gabriel recogió el teléfono y, sin perder tiempo, intentó rastrear el suyo. Lo sorprendente fue que el equipo del ladrón no tenía ningún tipo de seguridad: la contraseña era “1234”. Una vez desbloqueado, Gabriel y sus amigos encontraron todo tipo de contenido: fotos íntimas, videos personales, mensajes con su pareja y otras evidencias que dejaban ver mucho más de lo que el delincuente habría querido mostrar.
Tras intentar contactarse con algún familiar para devolver el celular —incluyendo a la propia madre del ladrón, quien no respondió—, Gabriel tomó una decisión que dividió opiniones: subió el contenido personal del ladrón a sus redes sociales y lo expuso públicamente. Su publicación en TikTok rápidamente se viralizó y obtuvo miles de reproducciones. En los comentarios, muchos celebraban lo que consideraban un acto de “justicia por mano propia”, mientras otros criticaban la exposición pública como un acto innecesario y potencialmente ilegal.
La historia dio un giro inesperado cuando el propio ladrón apareció en casa de Gabriel, avergonzado y desesperado, solo para pedirle que eliminara las publicaciones. En lugar de disculpas sinceras, el joven recibió un reclamo: “Flaco, no me podés escrachar así, tengo familia”.
El celular fue devuelto, pero la experiencia dejó claro algo que ya se percibe en muchos rincones de América Latina: cuando la justicia institucional no responde con la rapidez esperada, algunos ciudadanos optan por mecanismos propios, apoyándose en la inmediatez de las redes sociales para buscar un tipo de reparación moral o simbólica.
@avalosgabii_ Respuesta a @444 ♬ sonido original - Gabi
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