En febrero de 2024, el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, fue citado por la firma legal Covington & Burling a una entrevista. Lo que comenzó como parte de una supuesta auditoría de cumplimiento terminó por destapar una serie de irregularidades dentro de la propia compañía. Durante el encuentro, los abogados de Covington inspeccionaron su computador y celular corporativos. Este episodio llamó profundamente la atención de Roa, quien notó que se estaban llevando a cabo procedimientos inusuales sin conocimiento ni autorización suya ni de la Junta Directiva.
Tras este hecho, Roa decidió comunicar lo ocurrido directamente al máximo órgano directivo de Ecopetrol. En la reunión ordinaria del 28 de febrero de 2024, expresó su sorpresa e inconformidad por haber sido sometido a una inspección forense sin autorización previa. Fue en ese momento cuando se descubrió que existía un otrosí firmado en diciembre de 2023, mediante el cual se amplió de manera significativa el alcance y valor del contrato con Covington, pasando de USD $875.000 a más de USD $5,8 millones.
Lo más grave es que ni Roa ni la Junta Directiva habían aprobado dicha modificación. El documento fue firmado por el entonces director de Cumplimiento, sin que mediara consulta alguna con los órganos competentes. Esa ampliación incluía nuevas atribuciones para Covington, entre ellas, la facultad de realizar entrevistas e inspecciones digitales como las que vivió el propio presidente de la compañía.
Ante este hallazgo, se decidió suspender el contrato y abrir una investigación interna. La Contraloría General y la Procuraduría también intervinieron para analizar si hubo uso indebido de recursos públicos o extralimitación de funciones. La Junta dejó claro que no se pagará un solo dólar más del contrato ampliado, y se busca establecer responsabilidades claras frente a lo sucedido.
🚨 Atentos a esta información que es importante.
— Paola Echeverría (@SoyPaoEcheverry) May 30, 2025
🔎 Mucho se ha dicho sobre el contrato entre Ecopetrol y la firma Covington. Pero pocos saben que fue el mismo presidente Ricardo Roa quien dio la alerta que destapó todo. Les explico: pic.twitter.com/5A4nZvCMYN
Contrario a lo que algunos sectores han querido mostrar, Ricardo Roa no fue encubridor ni beneficiario de las irregularidades. Por el contrario, fue él quien, con transparencia y determinación, advirtió sobre un procedimiento que rompía con los principios de buen gobierno. Gracias a su denuncia se frenó el desembolso de millones de dólares, se protegieron los recursos de la empresa y se activaron los mecanismos de control institucional.
Este episodio demuestra que la defensa de lo público también se da desde dentro, cuando quienes lideran no temen levantar la voz y poner en evidencia lo que está mal. Roa actuó con responsabilidad y permitió que se conociera una situación que hoy está siendo revisada por las autoridades competentes. Mientras tanto, la empresa avanza en el fortalecimiento de sus controles internos, y la ciudadanía tiene derecho a conocer toda la verdad.
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