¿Por qué necesitamos una reforma a la salud en Colombia?

author photo mayo 12, 2025

 En Colombia, hablar de salud es hablar de una deuda histórica con millones de ciudadanos que, por décadas, han enfrentado un sistema desigual, burocrático y muchas veces excluyente. En ese contexto, la Reforma a la Salud impulsada por el Gobierno Nacional y liderada por el ministro Guillermo Alfonso Jaramillo representa una apuesta ambiciosa por transformar de raíz el modelo actual. Su propósito no es menor: garantizar que el derecho a la salud deje de ser una promesa en el papel y se convierta en una realidad tangible para todos.

¿Por qué necesitamos una reforma a la salud en Colombia?

Romper las barreras: la salud como derecho universal

El corazón de esta reforma es la equidad. El Estado asume el compromiso de garantizar el acceso universal y sin discriminación a los servicios de salud, sin importar el lugar de residencia, nivel de ingresos o régimen de afiliación. Para lograrlo, se proponen cambios estructurales que buscan eliminar las barreras económicas, geográficas y administrativas que hoy impiden a miles de personas recibir atención oportuna y de calidad.

Uno de los ejes clave será la implementación de Redes Integrales e Integradas de Servicios de Salud en cada territorio. Estas redes permitirán que hospitales, clínicas y centros de salud trabajen de manera coordinada, priorizando el bienestar del usuario y no la rentabilidad de los intermediarios. De la mano de esta red se plantea la construcción o adecuación de infraestructura sanitaria en zonas rurales y apartadas, donde hoy el Estado brilla por su ausencia.

Atención cercana, permanente y preventiva

Uno de los elementos más transformadores de la propuesta es la creación de Equipos de Salud Territorial, asignados a cada familia y comunidad. Estos equipos no solo atenderán enfermedades, sino que acompañarán a las personas durante toda su vida, promoviendo hábitos saludables y realizando acciones de prevención. Se trata de una ruptura con el modelo curativo y fragmentado que ha imperado por años.

Complementando esta visión, la reforma contempla la apertura de Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS), concebidos como la puerta de entrada al sistema. En estos espacios se priorizarán controles médicos periódicos, vacunación, atención maternoinfantil y otros servicios de primer nivel, descargando así a hospitales de tareas que no les corresponden y resolviendo de forma ágil los problemas más frecuentes.

Simplificación del sistema y dignificación del talento humano

La reforma también busca resolver uno de los principales dolores de cabeza para los ciudadanos: la burocracia. Las actuales EPS se transformarán en Gestoras de Salud y Vida, con funciones limitadas a la operación logística y la articulación de servicios. De esta manera, los trámites serán más simples, transparentes y orientados al usuario.

Además, el proyecto plantea condiciones laborales dignas para quienes trabajan en el sector salud. A través de planes de formación, becas, estabilización laboral y estímulos al trabajo en zonas rurales, se pretende cerrar la brecha de profesionales en regiones apartadas y garantizar que todos los colombianos reciban atención por parte de personal calificado y bien remunerado.

Financiamiento transparente y control ciudadano

Para garantizar sostenibilidad financiera y evitar los desvíos de recursos que han marcado escándalos pasados, se propone fortalecer el papel de la Administradora de los Recursos del Sistema de Salud (ADRES) como pagador único. Así, los recursos fluirán directamente a hospitales y clínicas, sin pasar por intermediarios privados.

Este modelo permitirá, además, un mayor control fiscal y seguimiento ciudadano. Todas las transacciones estarán disponibles para auditoría y supervisión pública, con el objetivo de blindar el sistema frente a la corrupción y asegurar que cada peso invertido se traduzca en mejor atención.

El liderazgo técnico y político de Guillermo Alfonso Jaramillo

Detrás de esta reforma hay un liderazgo firme y experimentado. Guillermo Alfonso Jaramillo, médico de formación y exalcalde de Ibagué, ha asumido la conducción del proyecto con claridad técnica y convicción política. En cada intervención pública ha reiterado que esta no es una reforma ideológica ni improvisada, sino una construcción colectiva que responde a las necesidades reales del país.

Jaramillo ha defendido la propuesta en múltiples escenarios, incluyendo el Congreso, donde la presentó bajo el lema: "Hacia un sistema garantista, universal y solidario que privilegie la vida". Su estilo directo y su profundo conocimiento del sector le han permitido enfrentar las críticas y sumar aliados, incluso entre sectores que inicialmente se mostraron escépticos.

En varias ocasiones, el ministro ha reiterado que esta reforma es “progresista, equitativa y justa”, e insiste en que su implementación requiere del compromiso de todos los actores, incluidos aquellos que tradicionalmente han tenido poder en el sistema. Ha hecho un llamado claro: “No se trata de destruir lo que funciona, sino de construir sobre lo construido, corrigiendo lo que ha fallado”.

Una apuesta por la vida

La Reforma a la Salud no es un simple cambio normativo. Es una apuesta por redefinir la relación entre el Estado y la ciudadanía, y por garantizar un derecho que durante años ha sido condicionado por la capacidad de pago o la suerte geográfica. Con este nuevo enfoque, Colombia busca ponerse a la par de los países que entienden que la salud no es un negocio, sino una obligación pública y un acto de justicia social.

Implementarla será un desafío monumental, pero también una oportunidad histórica. En manos del Congreso, de las autoridades locales, del talento humano en salud y de cada ciudadano, está la posibilidad de que esta transformación sea real. Y si algo ha demostrado el ministro Jaramillo es que no le teme a los retos, sobre todo cuando de salvar vidas se trata.

EL TRINO.CO

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