Chats estremecedores de Juan David Perdomo después de matar a sus padres.

 En medio del horror que ha causado el caso de Juan David Perdomo Wehdekin, el joven de 22 años que confesó haber asesinado a sus padres en Villavicencio, siguen saliendo a la luz detalles que estremecen por lo fríamente calculado de sus acciones. Lo que en principio parecía un crimen motivado por una discusión familiar ha ido revelando una historia marcada por la planeación, la fuga premeditada y un intento de manipular el relato con supuestas amenazas y trastornos mentales.

El informe de Medicina Legal fue claro: la madre del joven, Sonia, recibió al menos doce heridas con arma cortopunzante en distintas partes del cuerpo. Su padre, José Luis, presentaba lesiones repetidas en el cuello. El propio Juan David tenía heridas menores, superficiales, en la mano y el brazo izquierdo, lo que deja en evidencia que no se trató de un acto de defensa o reacción, sino de un ataque unilateral.

Lo que más inquieta es que, tras cometer el crimen, Juan David no entró en estado de shock ni pidió ayuda. Por el contrario, tenía todo dispuesto para huir. Según la Policía de Villavicencio, el joven había acordado días antes un encuentro con una mujer en el barrio El Tunal, en el sur de Bogotá. La cita se mantuvo, incluso después del crimen. Las autoridades lograron ubicarlo allí gracias al seguimiento de esta pista. Su desplazamiento a la capital, el contacto previo con esta persona y la logística del escape apuntan a que estaba varios pasos adelante de quienes intentaban entender lo sucedido en Villavicencio.

El programa Testigo Directo reveló además un chat entre Juan David y una tía, mientras estaba prófugo. En ese intercambio, el joven pedía perdón y aludía a supuestas amenazas recibidas por parte de una mujer en Bucaramanga. Decía temer por la vida de su familia si hablaba más. Aunque en el diálogo se muestra nervioso y lleno de culpa, sus palabras no han podido ser verificadas. No hay pruebas, hasta ahora, de que dicha mujer exista ni de que haya alguna relación entre esas amenazas y el crimen. Para muchos, se trata de un intento de desviar la atención y crear una narrativa conveniente.

Este es el diálogo completo revelado por el medio:

— Juan David: Por culpa de mi papá, pasó todo lo que pasó.

— Familiar: ¿Quién lo amenazó?

— Juan David: No puedo decir mucho. La vieja de Bucaramanga. Y temo porque me mate al decir eso.

— Familiar: Papito, dígame la verdad y cálmese.

— Juan David: Perdón por defraudar a la familia. Perdón, pero no puedo decir mucho.

— Familiar: ¿Dónde estás hijo?

— Juan David: Casanare.

— Familiar: Papito, es mejor que no huyas. Es mejor que vaya a la Fiscalía para proteger. Papito, ¿qué tiene que ver la amenaza?

— Juan David: Toda la familia sería la siguiente.

— Familiar: No diga eso, la sangre de Cristo tiene poder.

Durante la audiencia, Perdomo declaró haber escuchado una voz que lo empujó a actuar, una afirmación que su defensa ha tomado como base para solicitar exámenes psiquiátricos. El abogado Wilson Rodríguez ya trabaja en una estrategia jurídica centrada en demostrar que el joven podría padecer un trastorno mental que lo hace inimputable. Aun así, la Fiscalía ha sido enfática: los hechos, la sevicia, la huida planificada y la nula expresión de remordimiento apuntan a un crimen agravado, que puede ser castigado con más de 50 años de prisión.

El caso está lejos de cerrarse. Las autoridades siguen recolectando pruebas digitales, reconstruyendo la escena del crimen y evaluando si existe alguna base real para la versión de trastorno mental. Lo cierto es que la historia de Juan David Perdomo ha conmocionado al país no solo por su brutalidad, sino porque retrata a un joven que, lejos de actuar por impulso, parecía tenerlo todo fríamente planeado.

Desde El Trino, seguiremos informando con responsabilidad y profundidad sobre este y otros hechos que sacuden la conciencia nacional.