Colombia vive un momento político sin precedentes. Por primera vez en su historia reciente, un gobierno nacional ha puesto en el centro del debate público temas que por décadas fueron ignorados o enterrados: la justicia social, la redistribución de la riqueza, la reforma agraria, la salud como derecho, la dignidad laboral, el respeto por la vida. Y con ese cambio de agenda, también cambió el escenario de la disputa política. La calle, las urnas y los territorios siguen siendo vitales. Pero las redes sociales se han convertido en una verdadera arena política. En un campo de batalla simbólico, donde se disputa el sentido común, la narrativa del país, y el corazón de la gente.
En ese escenario, no solo los medios tradicionales y las voces empresariales han tenido poder. También ha emergido con fuerza una comunidad activa, crítica, comprometida, que defiende el cambio desde sus redes, sin más herramientas que su palabra, su conocimiento, su dignidad y una profunda conciencia social. Personas que, sin hacer parte de ningún gabinete ni ocupar altos cargos, han sostenido con valentía la narrativa de este gobierno, en los momentos más duros, en los ataques más feroces, en las crisis más intensas. Voces que no se rinden, no se venden y no se callan.
Algunas de ellas tienen contratos con el Estado, sí. Y es importante decirlo sin miedo ni vergüenza. Son profesionales que, desde sus disciplinas, prestan servicios o cumplen funciones públicas como cualquier trabajador o trabajadora en Colombia. No se les paga por defender al gobierno, ni por tuitear, ni por militar. Se les paga por su trabajo, por su saber, por su compromiso técnico o social. Pero el precio que han pagado en lo personal es muy alto: han sido señalados, perseguidos, amenazados, despedidos en algunos casos, e incluso expuestos públicamente por cumplir con un deber y además tener una postura política.
Otros ni siquiera tienen empleo actualmente. Y, aun así, resisten. Trinan. Analizan. Hacen pedagogía. Luchan.
Y lo hacen por una sola razón: creen en el cambio. No por conveniencia. No por favores. No por contratos. Por principios.
Por eso hoy es justo, necesario y urgente reconocer públicamente a estas personas. No por idolatría. No por oportunismo. Sino porque es importante que el país sepa quiénes son, qué hacen, y por qué su trabajo ha sido fundamental para sostener este proceso histórico.
Ivonne Gómez (@IvonneMilenaGo)
Activista de larga trayectoria. Ha resistido amenazas, estigmatización y campañas de odio. Con firmeza ha defendido las reformas sociales, la participación popular, y el respeto por la vida. Ha sido clave en la pedagogía sobre la #ReformaALaSalud, derechos de las mujeres y lucha contra la mentira institucionalizada.
Elizabeth Ortiz (@ElizabethCristi7)
Psicóloga, gestora social, activista digital y defensora de derechos humanos. Ha usado sus redes para visibilizar luchas territoriales, denunciar corrupción estructural, y defender las reformas del gobierno con argumentos y corazón. Ha recibido insultos, amenazas, bloqueos y campañas de odio, pero nunca ha dejado de hablar. Hoy representa a miles de mujeres que sostienen el cambio desde abajo.
David Rozo (@DonIzquierdo_)
Periodista y comunicador alternativo, hoy en @RTVCNoticias. David ha sido una de las voces más visibles en la defensa de la verdad frente a los ataques de los grandes medios. Desde la radio pública, las redes sociales y los espacios comunitarios, ha generado pedagogía política, memoria y formación ciudadana.
Físico Impuro (@FisicoImpuro)
Su estilo sarcástico, inteligente y certero le ha permitido hablarle a públicos amplios. Combina ciencia, humor, crítica social y política con gran habilidad. Es una de las cuentas más populares y respetadas entre quienes defienden el cambio y la justicia social.
Anny Ruiz (@Mafalda_2020_)
Irónica, directa y sin miedo a incomodar. Ha enfrentado la misoginia, el clasismo y la doble moral con dignidad y agudeza. Desde sus redes, ha defendido el cambio con claridad, feminismo y conciencia social, convirtiéndose en una figura imprescindible de la resistencia digital y una voz incómoda para quienes no soportan ver a una mujer libre y pensante hablando de política.
Miss Poirot (@MissPoirot07)
Feminista, activista social y luchadora por los derechos humanos. Sin filtros, sin adornos, y con un estilo combativo, ha logrado construir comunidad en defensa de lo público y en contra del uribismo corrupto. Su trino no es un dato más: es una bandera de dignidad.
Marce Portilla (@nometiente2)
Ingeniera, analista, creadora del medio alternativo El Nichito. Ha combinado su conocimiento técnico con su sentido social para producir contenidos de alto impacto. Su lucha contra la desinformación ha sido constante, valiente y rigurosa.
Derli López (@derlilopeza)
Promotora de derechos humanos y constructora de paz. Ha impulsado herramientas como la #SIGApp para el seguimiento a bienes del Estado. Promueve el control ciudadano, la pedagogía pública, y el diálogo social.
María Niny Echeverry (@Marianiniecheve)
Abogada, periodista y comunicadora. Su cuenta es una fuente de datos, archivos y denuncias contra la corrupción. Ha sido una voz clave para hacer memoria de lo que gobiernos anteriores han querido borrar.
Julio Mario Ospina (@juliomario55555)
Activista de base, cristiano de corazón, defensor de la Colombia Humana desde los barrios. Julio Mario ha defendido el gobierno con voz firme, ética y ternura política. Su activismo es cercano, sensible, coherente.
Ely (@elikitty_33)
Valiente y frontal. Defiende a las mujeres, al pueblo palestino, a la justicia social. Su trino es diario, su presencia es constante, y su voz es necesaria. No ha pedido nada. Solo respeto, y lo ha ganado con creces.
Joha (@LaPacifiKa)
Arquitecta de pensamiento y palabra. Analiza, desarma mentiras, plantea preguntas. Su voz es firme pero tranquila. Es una presencia indispensable para entender lo que pasa desde la ciudadanía pensante.
Akenatón (@Jokeraton)
Veterano de las redes, ha acompañado cada lucha desde la diáspora. Su humor negro, su crítica social y su lealtad con los procesos sociales lo hacen una figura emblemática de la resistencia digital.
Un llamado respetuoso al Gobierno del Cambio
Este no es un reclamo. No es una exigencia. Es un reconocimiento, y también un recordatorio: El cambio no se sostiene solo desde los ministerios, los decretos o los proyectos legislativos. El cambio también vive y resiste en las redes sociales, en las voces ciudadanas, en los tuiteros y tuiteras que día a día se enfrentan a la mentira organizada, a los bots financiados, a la narrativa tóxica de quienes no soportan ver al pueblo empoderado.
No se trata de dar contratos. Se trata de agradecer.
De abrir espacios, de escuchar ideas, de proteger esas voces que han arriesgado incluso su seguridad personal por defender una causa colectiva.
El Estado debe proteger a quienes lo defienden con dignidad.
Porque el cambio no solo se escribe en los discursos. Se construye en comunidad. Y esa comunidad, ya lo ha demostrado, no necesita un cheque para actuar. Le basta con tener principios, conciencia, memoria y un profundo amor por Colombia.
ElTrino.co (@EltrinoCo)
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