Por Elizabeth Ortiz
1. Un sistema que llegó a urgencias
La fotografía de la salud colombiana en 2025 es la de un paciente en estado crítico: solo 6 de las 29 EPS cumplen hoy los requisitos de solvencia, mientras las deudas con clínicas y hospitales bordean los 32,9 billones de pesos. El faltante sin explicar entre los giros del Estado y lo que las EPS reportan suma otros 2,7 billones. Las quejas de los usuarios crecieron 23 % en el último año, y ya van nueve EPS bajo intervención forzosa.
Detrás de estas cifras hay veinte años de fiesta con los recursos públicos: reservas técnicas infladas, facturas falsas y un modelo –la famosa Ley 100– que convirtió la atención médica en botín político. Hoy, 28 EPS siguen autorizadas a operar, pero el país apenas confía en un puñado de ellas.
2. La corrupción que parió la crisis
Durante los gobiernos de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos aparecieron los “carteles de la hemofilia, de los enfermos mentales y del sida”. Con Iván Duque, la Contraloría identificó giros millonarios—pagados puntualmente por la ADRES—que nunca llegaron a los hospitales. El saldo es brutal: hospitales públicos quebrados, médicos sin contratos dignos y pacientes que cruzan medio país para que les entreguen un acetaminofén.
La lógica fue simple: las EPS retrasaban pagos, giraban recursos a sus propias IPS o los invertían en paraísos fiscales, mientras los gobiernos miraban a otro lado. Hoy, varias de esas EPS—controladas por viejos barones políticos—siguen cabildeando para frenar cualquier intento de reforma.
🚨 CRISIS DE LA LEY 100 | Lo que prometía ser un sistema eficiente y universal terminó convertida en una fábrica de desigualdad, corrupción y muerte silenciosa. Su creador el procesado URIBE VÉLEZ
— Elizabeth Ortíz (@ElizbethCristi7) July 8, 2025
La Ley 100 de 1993 privatizó la salud bajo la promesa de libre elección,… pic.twitter.com/Sp6uV1Xybj
3. El bisturí de Jaramillo
Cuando Guillermo Alfonso Jaramillo asumió el Ministerio en 2023, heredó un enfermo terminal. Su receta ha tenido tres frentes:
Cirugía financiera. Ordenó a la Supersalud intervenir EPS inviables y exigió depurar estados contables. Solo entre enero y mayo de 2025 los pagos de las EPS intervenidas a la red pública crecieron 25 %.
Pago directo a prestadores. El proyecto de reforma aprobado en Cámara obliga a la ADRES a girar dinero a hospitales sin pasar por la burocracia EPS, lo que aliviará la caja de cientos de clínicas rurales.
Atención primaria y médicos itinerantes. Se abrieron más de 1.200 Centros de Atención Primaria (CAP) y se enviaron brigadas médicas a 187 municipios donde antes no llegaba un galeno.
En palabras del propio ministro, “las EPS deben más de 25 billones de pesos; quienes vaciaron la alcancía no pueden pretender ahora que el Estado les pague la cuenta”.
4. El contraataque de los “medios prepagos”
Los medios mienten y sus titiriteros de las EPS están en modo pánico: inventan “escándalos” cada 24 horas para tapar lo obvio. Los mismos magnates que convirtieron la salud en cajero automático ahora financian titulares para culpar al ministro @GA_Jaramillo.
— Elizabeth Ortíz (@ElizbethCristi7) July 13, 2025
💰 Durante años… pic.twitter.com/l4fjL4pyq2
La reacción de los grandes conglomerados mediáticos no se hizo esperar. Varios titulares señalaron que Jaramillo “quiere que la patria potestad sea del Estado”, tergiversando una intervención sobre salud escolar; lo acusaron de “seguir el libreto de Chávez y Maduro” por sugerir guardar ahorros en cooperativas, y recientemente lo señalaron de crear 535 cargos para “engordar la nómina” del Ministerio.
En paralelo, noticieros de radio y TV repiten el mantra de que “la crisis es culpa del Gobierno”. Pasan de puntillas por el informe de la Contraloría y callan que las EPS son empresas privadas cuyos dueños se hicieron multimillonarios mientras los hospitales implosionaban.
La oposición política se sube al coro: exministros que firmaron contratos leoninos pontifican en redes; congresistas que recibieron financiación de aseguradoras exigen la cabeza de Jaramillo; comentaristas pagados venden el apocalipsis. La receta es conocida: sembrar miedo para que nada cambie.
5. ¿Qué viene?
La reforma a la salud llega ahora al Senado, donde se librará la madre de todas las batallas. Los lobbies presionan, las EPS prometen “quiebras masivas” y los medios amplifican sin contrastar. Pero el país ya vio los números: la hemorragia la provocaron ellos.
Jaramillo, con el presidente Gustavo Petro a su lado, insiste en un sistema que ponga al paciente en el centro y mate la intermediación parasitaria. ¿Será suficiente? Dependerá de la movilización ciudadana, de la transparencia en la ejecución y de que la justicia persiga el desfalco con la misma vehemencia con que algunos columnistas persiguen tuits.
6. Epílogo: el pulso continúa
La salud colombiana todavía está en la mesa de operaciones, pero por primera vez en décadas hay un cirujano dispuesto a suturar la herida y extirpar el tumor de la corrupción. Si el bisturí de Jaramillo triunfa, el país podría pasar de la terapia intensiva a la rehabilitación. Si la oposición y los “medios prepagos” se imponen, el paciente volverá a sangrar y, esta vez, quizá no resista otra transfusión.
La elección está servida.
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