Indignación en Tolima por la salida de Francisco Castaño de Prosperidad Social
La noticia de la salida de Francisco Javier Castaño Erazo de la dirección regional de Prosperidad Social en Tolima ha generado un profundo malestar entre sectores de la ciudadanía, líderes sociales, profesionales e influencers que han seguido de cerca el proceso de transformación social en el departamento.
Francisco Castaño no era un funcionario más. Durante los últimos años se convirtió en una figura clave en la defensa y consolidación de un proyecto que ha buscado tender puentes de reconciliación, atender a las poblaciones más vulnerables y garantizar que los programas sociales llegaran a donde más se necesitan. Su trabajo ha sido visible, constante y comprometido. Muchos lo consideran una persona que no solo se limitó a cumplir funciones administrativas, sino que se jugó la vida defendiendo un modelo de gobierno que apuesta por el cambio social en Colombia.
Por eso, el anuncio de su reemplazo ha causado sorpresa y dolor. Sin previo aviso, y sin siquiera darle la oportunidad de una transición digna, fue apartado de su cargo. En su lugar se nombró a una nueva funcionaria, de quien muchos aseguran que no ha tenido presencia en el territorio ni en los espacios de articulación social donde se ha defendido este proyecto. El contraste es evidente: de un lado, un hombre que ha acompañado procesos en terreno, que se ha enfrentado a dificultades y resistencias, y del otro, un nombramiento que para muchos parece impuesto y desconectado de la realidad del departamento.
Que tristeza. Ojalá no sea cierto lo que se dice de DPS Tolima.
— Maria Niny Echeverry (@Marianiniecheve) August 22, 2025
Presidente @petrogustavo no lo permita. 🙏 https://t.co/ReDZTCU0EI
La indignación se ha hecho sentir en redes sociales. Profesionales y líderes de opinión han expresado que esta decisión no solo afecta a una persona, sino que envía un mensaje negativo a quienes han entregado años de trabajo al servicio de las comunidades. El líder de opinión David Izquierdo expresó en sus redes sociales un sentimiento que muchos comparten:
“Estoy profundamente indignado. Es doloroso ver cómo en algunas entidades del gobierno @petrogustavo apartan a quienes han defendido y sostenido este proyecto durante años. No podemos olvidar a quienes han entregado tanto, han puesto en riesgo su vida y hoy, en lugar de reconocimiento, se encuentran desamparados”.
Las palabras de Izquierdo resumen la frustración que hoy embarga a buena parte de quienes creyeron que la lealtad y la entrega a un proyecto de cambio serían reconocidas. No se trata de un simple movimiento burocrático. Lo que está en juego es la credibilidad frente a las bases sociales que han apoyado este gobierno, convencidas de que las transformaciones solo son posibles cuando quienes conocen el territorio y han estado en primera línea son respaldados.
El sentimiento generalizado es que Francisco Castaño merecía no solo permanecer en el cargo, sino recibir un reconocimiento por haber defendido con hechos y resultados el programa en Tolima. Para muchos, resulta incomprensible que a una persona con trayectoria, legitimidad y compromiso se le aparte de manera tan fría, mientras se otorgan nombramientos a funcionarios que no han hecho presencia visible en el proceso.
El debate no es menor. ¿Debe un proyecto social construirse sobre la base de la continuidad de quienes lo han defendido y sostenido, o es válido imponer nuevos nombres que carecen de legitimidad frente a la comunidad? Para quienes hoy alzan la voz, la respuesta es clara: la dirección regional de Prosperidad Social en Tolima debe estar en manos de personas que hayan demostrado con hechos su compromiso con las comunidades, no de nombramientos que generan más dudas que confianza.
Hoy, la indignación no solo es por la salida de un director, sino por lo que representa. Es un llamado de alerta al gobierno nacional para que no olvide que la fuerza de su proyecto radica en el reconocimiento y respaldo a quienes han luchado desde el territorio, arriesgando incluso su seguridad, por sacar adelante el sueño de un país más justo.
En palabras de quienes hoy lo defienden, apartar a Francisco Castaño no es un simple cambio de funcionario: es un golpe a la coherencia y a la esperanza de que este gobierno reconozca a quienes han sido la columna vertebral de su proyecto social en las regiones.
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