Bogotá, 16 de junio de 2025. Bajo el rótulo de una “reunión extraordinaria de seguridad”, los alcaldes de las ciudades capitales, mayoritariamente opositores al gobierno del cambio, se reunieron en Bogotá para lanzar una andanada mediática contra el presidente Gustavo Petro. El encuentro fue convocado por la Asociación Colombiana de Ciudades Capitales (Asocapitales), una entidad que se presenta como técnica y apolítica, pero cuya dirección está en manos de Luz María Zapata, esposa del político de derecha y precandidato presidencial Germán Vargas Lleras.
Asocapitales es una entidad sin ánimo de lucro que agrupa a los alcaldes de las principales ciudades capitales del país. Su propósito debería ser la articulación entre gobiernos locales para el desarrollo urbano y regional, pero desde hace tiempo ha sido cuestionada por actuar más como una plataforma política para ciertos sectores que como un espacio verdaderamente plural. Y hoy, con Luz María Zapata al mando, su independencia está más que en entredicho.
¿Dónde empieza la seguridad y dónde comienza la estrategia electoral?
Los discursos de los alcaldes, encabezados por Alejandro Eder (Cali), parecían más comunicados de campaña que preocupaciones genuinas por la seguridad ciudadana. Mientras lanzaban críticas por la supuesta reducción del presupuesto nacional, omitieron mencionar que este gobierno ha priorizado una estrategia integral de seguridad humana, invirtiendo como nunca antes en justicia social, prevención, salud mental, infraestructura para la vida y presencia territorial del Estado.
¿O acaso olvidaron que el gobierno Petro ha desmantelado más de 60 estructuras armadas ilegales, ha fortalecido la presencia de la fuerza pública en zonas históricamente abandonadas y ha asumido una lucha frontal contra las economías criminales que antes eran toleradas por gobiernos indolentes?
Luz María Zapata y su doble sombrero: ¿gestora técnica o ficha de campaña?
Como directora de Asocapitales, Luz María Zapata debería ejercer una labor técnica y articuladora. Sin embargo, su cercanía política y sentimental con uno de los principales opositores al actual gobierno, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, genera serios cuestionamientos sobre la imparcialidad de la entidad.
¿Podemos confiar en que Asocapitales actúe con neutralidad cuando quien la dirige comparte cama, apellido e intereses con un precandidato presidencial que lleva meses en campaña?
Este montaje de “preocupación por la seguridad” huele más a cálculo electoral que a política pública. Mientras el país avanza en los programas de Paz Total, Reforma Agraria, mejoras ferroviarias y una transformación profunda del sistema de salud, los sectores tradicionales no proponen nada nuevo: solo buscan desgastar al presidente Petro con narrativas de miedo y caos.
Una oposición sin memoria
Los mismos que hoy lloran por recortes, son los que cuando gobernaban entregaron el presupuesto de seguridad a redes clientelistas, dejaron crecer la corrupción en la fuerza pública, y abandonaron las regiones más vulnerables del país. Hoy, con un gobierno comprometido con la vida, la equidad y la justicia territorial, se inventan supuestas crisis para tapar el avance del cambio.
Este ataque coordinado, disfrazado de cumbre, es una advertencia: la maquinaria del pasado se está reorganizando, y lo hace desde escenarios institucionales que deberían estar al servicio de todos, no de un clan político que aún no supera la derrota electoral.
El pueblo no es ingenuo
La ciudadanía ya no come cuento. Sabe quiénes están de verdad trabajando por la seguridad con justicia, y quiénes están montando shows mediáticos para volver al poder. En vez de sabotear, deberían sumarse al cambio. Porque el país no necesita más conspiraciones familiares disfrazadas de institucionalidad. Necesita soluciones reales, como las que viene construyendo el gobierno del presidente Gustavo Petro.
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